Desde el punto de vista Institucional y Político-gremial, el Sindicato vivió tres etapas claramente diferenciadas:
* Primera Etapa, que podría denominarse de afianzamiento Institucional donde se cor-poriza la Organización Obrera, bastante rudimentaria al comienzo. Por aquellos años se vivía una época difícil. Los trabajadores sentían la necesidad y habían asumido la decisión de comenzar a defenderse de la patronal privada (empresa anglo-norteamericana que concesionaba el servicio en Córdoba), para la cual no existía la más mínima consideración hacia el trabajador y su familia, y ello se traducía en abu-sos de horarios, malos salarios, y pésimas condiciones de trabajo. En el plano de la producción, se correspondía una forma precaria, limitada y obsoleta de brindar el ser-vicio de emergencia a la población. Las urgencias del lucro de las empresas que atendían a Córdoba y el perentorio vencimiento de sus contratos, conspiraban, aún más, para brindar un deficitario servicio al usuario.
En el plano político-sindical, ya existían gremios en Córdoba y en el resto de la Repú-blica Argentina, además, crecía vertiginosamente la conciencia de la organización sindical y el reclamo de los principales derechos del pueblo trabajador. Con el adve-nimiento de Juan Domingo Perón, esta etapa se moviliza a través de la Secretaría de Trabajo y Previsión, y es el Estado quien legaliza y legitima conquistas largamente requeridas por los obreros y empleados.
En el año 1946, caducan las concesiones y es provincializado el servicio. Se firma el primer convenio entre el Gobierno Provincial y los trabajadores, representados por el Sindicato, llamado Estatuto del Personal, denominación que rige en la actualidad. Simultáneamente el Gobierno Provincial crea la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) y se inaugura una etapa de crecimiento en infraestructura y amplia-ción del número de consumidores. Por esta época (a principios del ’50) es elegido como delegado de su sector Agustín Tosco, y en el ’55 ya es miembro del Consejo Directivo y Secretario Gremial de la FATLYF (Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza.
* Segunda Etapa, se marca por el desarrollo alcanzado en el aspecto gremial. Esto hace que se incorpore la idea de proyectar éste, todavía un pequeño Sindicato de Córdoba, al plano nacional reivindicando la necesidad de enmarcar la lucha gremial con una concepción política conforme a los intereses de los trabajadores, más allá de los naturales encuadres partidarios de sus afiliados.
Es, también, el período donde Argentina vive y sufre tres golpes militares que de-rrumban a gobiernos elegidos por el voto popular; es donde Luz y Fuerza y gran parte del Movimiento Obrero Nacional comprenden la necesidad de unir sus objetivos más próximos con los derechos y anhelos del conjunto de la población sobre todo de los sectores populares.
El Sindicato lucha junto a los estudiantes y a las interbarriales; se hace solidario con las distintas luchas de otros trabajadores de distintos sindicatos y de todos los recla-mos que el pueblo da en el país. La represión, la cárcel, los desaparecidos y las muertes, los condenados por la dictadura (caso Agustín Tosco, Felipe Alberti, Tomás Di Toffino, Simón Grigaitis, Osvaldo Ortiz, por nombrar algunos), las sucesivas inter-venciones al Gremio, fueron la réplica sistemática de los distintos gobiernos militares de turno.
Esta fase violenta, dolorosa, dramática, que se vincula directamente con la historia trágica de nuestro país, culmina con la última Intervención del Sindicato (1975), la muerte de Agustín Tosco y el comienzo de la dictadura de Videla y los militares que tantas vidas cobró en este Gremio.
*Tercera Etapa, corresponde al advenimiento de la Democracia. Este nuevo capítulo tiene su origen en la lucha que llevó adelante el Cuerpo de Delegados y que actuó en la resistencia. Este valioso instrumento logra rescatar al Sindicato de las manos ne-fastas de la intervención militar y es la base de la Comisión Transitoria, que tiene dos objetivos a cumplir: es recuperar poco a poco las conquistas cercenadas y normalizar democráticamente el Sindicato. En 1985 se realizan las elecciones, consolidándose el camino de recuperar la vigencia plena del articulado del último convenio firmado en el año 1975; a partir de allí ésta Organización Sindical ha observado una conducta moral y ética de permanente solidaridad, ampliamente demostrada en la transparen-cia democrática con que se conduce el Sindicato y los procedimientos electorales pa-ra acceder al mismo.